Cómo aprovechar la lluvia y el rocío para ahorrar agua
Dicen que las grandes ideas surgen cuando uno menos se lo espera. Esto es lo que le ocurrió una mañana de hace cuatro años a Elisabet González, una joven arquitecta que rondaba la treintena. Era temprano y, al salir a la calle de camino a la facultad, vio los coches cubiertos por el rocío que había caído al amanecer. Entonces se le encendió la bombilla: ¿por qué no aprovechar de alguna forma ese agua en las viviendas? González se puso manos a la obra y diseñó una cubierta integrada en los edificios que, además de captar el rocío nocturno, pudiera recoger la lluvia y destilar mediante la energía solar toda este agua.
El agua potable es, en muchos lugares del planeta, un bien cada vez más escaso. España tampoco se libra de esta situación: no solo es el país de la UE que más sufre la desertización, acelerada en los últimos años por el cambio climático. Otro gran problema es que no todo el mundo tiene acceso a agua de red en sus viviendas. Solo en España, más de 29.000 hogares padecen este problema y necesitan de un suministro mensual externo de cubas de agua para abastecerse. Tras analizar estas necesidades, surgió el diseño de Drops Roof. “Esta placa captadora de agua trabaja las 24 horas del día, de forma pasiva, y cubre totalmente la demanda de agua de la vivienda tanto para uso doméstico como para beber”, explica Elisabet González. “Pero lo más interesante”, añade, “es que al poder volver a destilar las aguas grises y negras de la propia vivienda, se vuelven a limpiar. Y la pérdida de agua en el sistema se recupera mediante la captación de lluvia y rocío. De esta manera se crea un ciclo cerrado por lo que el ahorro paga la inversión inicial en tan solo cuatro años”